La Iglesia católica irlandesa ocultó los abusos sexuales a menores durante décadas

Un informe judicial revela la connivencia de la policía y la Fiscalía con cuatro obispos de Dublín

AGENCIAS - Dublín - 26/11/2009

La Iglesia Católica irlandesa ocultó abusos sexuales a menores durante décadas. El ministro irlandés de Justicia, Dermot Ahern, ha presentado hoy un informe cuyas conclusiones aseguran que la connivencia entre la jerarquía eclesiástica y las autoridades del Estado, entre ellas la policía y la Fiscalía, sirvió para proteger a los curas pederastas y evitar escándalos. Las autoridades ayudaron a cuatro obispos dublineses a esconder los abusos de los sacerdotes de la archidiócesis de Dublín, que tuvo inmunidad para delinquir, según el informe que ha elaborado la juez Yvonne Murphy.

Aunque ha habido varios casos relevantes sobre abusos sexuales de sacerdotes a menores en el país, el que más conmoción ha causado hasta la fecha es el recogido en el llamado Informe Ryan, divulgado el pasado mayo por la Comisión Investigadora sobre Abusos a Menores. El texto es un catálogo de "sistemáticos" abusos sexuales, físicos y psíquicos cometidos por sacerdotes, monjas y personal seglar durante más de 60 años contra miles de menores en instituciones estatales gestionadas por la Iglesia.

La Comisión, presidida por el juez Sean Ryan, insistió entonces en que los maltratos se prolongaron durante años gracias a la cobertura y pasividad de las altas instancias gubernamentales y religiosas, cuyo único curso de acción, cada vez que se producían denuncias, consistía en mover de parroquia en parroquia a los curas pederastas.

Por su parte, el ministro de Justicia irlandés aseguró que continuarán los procedimientos judiciales contra los religiosos que cometieron los abusos. "Las personas que cometieron estos delitos terribles, no importa cuándo ocurrieran, serán procesadas", afirmó Ahern. "Deben saber que no hay ningún lugar donde esconderse, que la justicia, incluso aunque se haya visto rechazada, no será denegada", añadió.

Según Ahern, "no es ni ha sido nunca aceptable que instituciones se comporten o sean tratadas como si estuvieran por encima de la ley del Estado". "Esto es una república, el pueblo es soberano, y ninguna institución, ninguna agencia, ninguna iglesia, puede ser inmune de ese hecho", insistió. "La era en la que las personas malas podían serlo bajo la cobertura de su ropa, amparados de las consecuencias por sus autoridades, mientras que las vidas de niños eran arruinadas con tal cruedad, ha terminado", zanjó.

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